Martes, 31 de marzo
de 2020
Querida Ana,
Hace no mucho leí un libro que
trataba sobre la importancia de nuestras raíces, de nuestros orígenes. Saber de
dónde somos no ayuda en gran parte en saber hacia dónde vamos. Nuestros
orígenes nos condicionan tanto, sin nosotros saberlo, sin nosotros quererlo. ¡Qué
te lo digan a ti! Pensarás, ¿verdad?
A ti te recortó la libertad,
te hizo vivir experiencias que deberían haber durado años en apenas
veinticuatro meses. Te robaron la infancia. Te obligaron a esconderte, sin
lujos y sin comodidades. Con personas que antes de aquel momento no conocías y
rodeada de una guerra. Cuando escribo esto tengo la sensación que el mundo no
ha evolucionado, sólo cambia el lugar de la historia. Todavía hoy se repite tu
historia, todavía hoy discriminamos a las personas por su origen. Todavía hoy
nos atrevemos a leer tu historia con admiración mientras insultamos, maltratamos
y echamos a los que hoy son como tu fuiste. Quizás algún día alguien lea su
historia y los admire, se acongoje y piense en el ¿por qué? de tal rechazo. Todavía
hoy, pero siempre…
Hasta mañana,
Carla Dioro.