Moral Fotográfica
07 eneroSamuel Aranda World Press Photo 2011 |
Eddie Adams |
Nick Ut |
Kevin Carter |
¿Qué ven en estas fotografías?
Muchos me dirán que ven horror, otros apenas las podrán mirar, otros se meterán
con los gobiernos y las luchas de poderes que nos llevan a estas situaciones, y
otros muchos por cobardía se meten con aquellos que nos acercan esta realidad,
los fotógrafos.
Robert Capa |
Kevin Carter |
James Nachtwey |
Gervasio Sánchez |
Samuel Aranda |
Estos son solo una pequeña
muestra de aquellos que un día decidieron hacer su maleta y lanzarse a un mundo
de peligro con la única intención de cambiar el mundo a través del impacto de
las imágenes. Pero ¿realmente esto sirve de algo?
Desde los años 30 con la
aparición de cámaras más ligeras, que permitían mayor libertad de operar al
fotógrafo, se inició el concepto de fotoperiodismo y nació así la fotografía de
guerra tal y como la conocemos hoy. Ya el gran Robert Capa nos mostraba los
estragos y horrores que en las guerras se sufría, como he mencionado en alguna
entrada anterior, pero hoy día aun muchos fotógrafos luchan por hacernos llegar
dichos horrores.
Kevin Carter Premio Pulitzer 1994 |
La historia que más me impactó, la
primera vez que me la contaron, fue la del fotógrafo Kevin Carter, un hombre que
solo hacía fotografías. Fue por una de ellas (la que habéis visto antes) que
ganó el premio Pulitzer, y su publicación en el New York Times junto a una severa crítica fue lo que avivó la opinión pública que hizo que
Kevin Carter fuera criticado severamente. Hay muchos rumores sobre esto, pero
se dice que las duras críticas que recibía a causa de la fotografía, le llevaron al suicidio.
Como este fotógrafo, muchos otros
luchan día tras día con las duras críticas realizadas por personas, en su
mayoría ignorantes, que viven plácidamente en una casa de manera acomodada, y
que por lo general no hacen nada más que quejarse sin poner remedio a los
verdaderos problemas.
Yo animo a estas personas a que
indaguen un poco más en las historias que critican, pues muchas de ellas
acabaron en buen término, el niño de la fotografía de Kevin Carter fue
fotografiado años después con la fotografía que en su día fue tan criticada, se había salvado.
Animo también a ver siempre las
dos caras de la moneda, o en este caso ver los dos lados del objetivo antes de
establecer un juicio. Ponerse en el lugar de estos fotógrafos quizás ayude un
poco más a conocer el miedo que estos pueden sentir, o la impotencia, la
angustia, el dolor, o incluso, muchos de ellos, en busca de una fotografía que
retrate la auténtica realidad, encuentran la muerte.
Para ayudaros un poco a ver la
otra cara de la moneda, o en este caso ver quien se encuentra detrás del visor
os hago algunas recomendaciones cinematográficas que nos hablan sobre la vida
de estos fotógrafos, que se juegan la vida por intentar que seamos un poco
menos ignorantes.
Salvador (1986) nos narra la historia de Richard Boyle, un
periodista norteamericano que decide viajar a El Salvador para cubrir la
dictadura militar de 1980.
Territorio Comanche (1996) tiene como protagonistas a dos
corresponsales de TVE quienes se encuentran cubriendo el conflicto armado en
Yugoslavia. A pesar de que no es una película sobre la fotografía, nos acerca a
conocer como se cubre una noticia de guerra.
The Bang Bang Club (2010) narra la historia de cuatro reconocidos
fotógrafos; Kevin Carter, Greg Marinovich, Ken Oosterbroek, y Joao Silva. Fotógrafos
que arriesgaban su vida para conseguir las imágenes más impactantes de aquello
que se producía en Sudáfrica en la época del Apartheid. Sin duda una película
que te acercará al mundo del fotoperiodismo.
Mil veces buenas noches (2014) nos cuenta la historia de Rebecca,
una reportera de guerra que tendrá que elegir entre su pasión o su familia.
Un día perfecto (2015) no trata exactamente sobre la fotografía,
pero si sobre la gente que coopera en las guerras, nos acerca a la tensión y el
miedo que se vive en zonas de guerra.
Por otro lado, al igual que
algunos fotógrafos luchan por enseñar el mundo tal cual es, otros juegan con
sus habilidades técnicas con el fin de falsear una realidad que muchas veces no
es tan horrorosa. Pongamos un ejemplo.
En esta fotografía, supongamos
que detrás de la valla, a bastantes kilómetros, hubiera habido un yate con
gente de fiesta. El yate estaría a kilómetros de la valla, ajeno a todo lo que
en ella ocurre, pero si utilizamos un teleobjetivo más potente del que se ha
usado, conseguiríamos pegar aun más los planos de la fotografía, de este modo el yate,
que como he dicho está a bastantes kilómetros ajeno a la situación, parecería
que está pegado a la valla. En este caso se podría criticar a la gente que va
en él, y crear una mala imagen del tipo de personas que tienen un yate y se van
de fiesta al mar.
En este caso señores y señoras, ¡es manipulación!,
donde seguramente el fotógrafo igual no sea el responsable principal, si el
directo, ya que él es el que toma la fotografía. Pero seguramente esa fotografía haya
sido encargada de esa manera, bajo esas condiciones, es decir, alguien ha
pedido que se realice una fotografía en esas condiciones, y es por eso que os
pido que no seáis ignorantes. Nunca os creáis 100% lo que os cuentan, intentar
buscar el otro lado de la historia y contrastarlas, veréis como seguramente
muchas veces haya incoherencias. Si la gente que criticó a Kevin Carter, en su
día, hubiera indagado sobre la vida de aquel niño, igual se habría dado cuenta
de que ese niño no murió por la desatención del fotógrafo, sino que seguía
vivo y que fue fotografiado por otros muchos fotógrafos, alguno incluso españoles.
Para finalizar, hoy no acabo con
ninguna cita, ya que ninguna puede igualar a todo lo que nos cuenta este
cortometraje, pone los pelos de punta y nada nos puede acercar más a los
sentimientos de un fotoperiodista de guerra. También os animo a compartir vuestra opinión sobre el tema en comentarios.
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