WHAAAAAAAAAAAAAT? Wow. Wait a
minute. WHAAAAAAAAAAT?
Así te podrías pasar durante toda
la película, porque cuando piensas que ya no te va a sorprender nada porque
estás convencido de que estás viendo la mayor ida de olla de la historia, de
repente, ¡ZAS!
Imagina ver una película de
miedo, contada desde el punto de vista de los “monstruos”, entonces aquello que
se supone que nos da miedo, torna al sentimiento de angustia, de tristeza y melancolía.
Es una maravillosa reflexión de la muerte, de lo aterradora que es, de cómo
superarla, contada de una forma un poco perturbadora, todo sea dicho. Una exploración
y liberación de los propios miedos del autor, que va más allá del tiempo y del
espacio, porque eso sí, ¡Dios me libre de pretender ordenar cronológicamente la
obra!
Tiene un ritmo demasiado lento,
que va haciendo crecer el sentimiento de angustia con el que el director te
hace empatizar, y que poco a poco se va convirtiendo en melancolía. La verdad
que no es una película recomendable para personas que les de ansiedad las películas
de ritmos lentos, porque además va acompañado de la ausencia de diálogos. Me ha
recordado, en este aspecto, un poco, a “2001, Odisea en el Espacio” de Kubrick.
Eso si la fotografía, es una fantasía.
Es de esas películas que podríamos separar plano a plano, enmarcarlos y
ponerlos en un museo, porque cada plano es un deleite para la vista.
Digamos que no es la mejor película
si tienes un día denso, pero hay que verla por lo menos una
vez en la vida, si te apasiona el cine, porque es de esas obras que, sobre todo el final, para bien
o para mal, no te va a dejar indiferente.
<<A cualquier hora que te
despertaras, había una puerta cerrándose>> Virginia Woolf “Una Casa
Encantada”